Hemos hablado de las bondades de la comida de Lakomi, hemos hablado de lo fácil que es comer rico, comer sano y además rápido. También hemos mencionado el equilibrio que representa la dieta en nuestra vida, pero no hemos caído en la cuenta de que, al cocinar, al tratar cada barqueta, tratamos con el corazón de la vida.
En este post vamos a huir de lo obvio e intentar viajar al acto de la comida, no como una necesidad de engullir, sino como el placer de degustar sin tener que cocinar.
¿Cuántas veces habremos llegado a casa, abierto la nevera y mirando en busca de un horizonte más allá de un plato de pasta del día anterior, de un yogurt con cereales, o de unas salchichas con un paquete de patatitas? ¿Cuantas veces, si hace frío, hemos buscado en nuestra despensa uno de esos tetabriks de comida casera, que se calienta a fuego lento en el micro?
Hemos masticado sin paladear, hemos tragado sin pasar por la glotis, hemos olido sin perfume o incluso hemos tele transportado en menos de media hora una pizza a nuestros estómagos.
Nos queda el paso por la zona glaciar, un viaje mágico al corazón del cartón, al país del agua escarchada y, si tienes suerte, al del filete empanado chispeante de energía en el momento que lo pones al sartén.
En este post vamos a huir de lo obvio e intentar viajar al acto de la comida, no como una necesidad de engullir, sino como el placer de degustar sin tener que cocinar.
¿Cuántas veces habremos llegado a casa, abierto la nevera y mirando en busca de un horizonte más allá de un plato de pasta del día anterior, de un yogurt con cereales, o de unas salchichas con un paquete de patatitas? ¿Cuantas veces, si hace frío, hemos buscado en nuestra despensa uno de esos tetabriks de comida casera, que se calienta a fuego lento en el micro?
Hemos masticado sin paladear, hemos tragado sin pasar por la glotis, hemos olido sin perfume o incluso hemos tele transportado en menos de media hora una pizza a nuestros estómagos.
Nos queda el paso por la zona glaciar, un viaje mágico al corazón del cartón, al país del agua escarchada y, si tienes suerte, al del filete empanado chispeante de energía en el momento que lo pones al sartén.
Pues todo esto es lo que pensamos en nuestra cocina cada día. Porque también sentimos el vacío de tu nevera y soñamos que, con cada golpe de cucharón que damos en nuestros pucheros, golpeamos en vuestras lenguas con sabores olvidados desde los tiempos en que mamá y la abuela cocinaban.
Pensamos que con las prisas no se puede llenar un estómago hambriento y cansado de sabores químicos, cansado de que el exterior del paquete cuente más que el interior del alimento y que sea una sorpresa digerirlo. Pensamos que la escarcha es mala compañera de unas albóndigas o de unas unas lentejas.... y sólo amiga de los cócteles nocturnos y veraniegos. Pensamos en que el mañana de cada uno de nuestros clientes será más saludable, más digerible y menos acelerado. Porque queremos hacer nuestros guisos, menús y barquetas de Lakomi, los platos de tu día a día.
Pensamos que con las prisas no se puede llenar un estómago hambriento y cansado de sabores químicos, cansado de que el exterior del paquete cuente más que el interior del alimento y que sea una sorpresa digerirlo. Pensamos que la escarcha es mala compañera de unas albóndigas o de unas unas lentejas.... y sólo amiga de los cócteles nocturnos y veraniegos. Pensamos en que el mañana de cada uno de nuestros clientes será más saludable, más digerible y menos acelerado. Porque queremos hacer nuestros guisos, menús y barquetas de Lakomi, los platos de tu día a día.
Queremos seguir cocinando para ti, pero, sobre todo, queremos llegar a tu casa besando el plato, con una gran sonrisa, creando experiencias Lakomi desde la tienda on-line hacia cualquier lugar del Mundo a través de nuestros pedidos a domicilio. Vive con nosotros esas experiencias a través de todos nuestros canales de comunicación (Facebook, Twitter, Pinterest). Contarnos si estamos consiguiendo enamorar a vuestros estómagos, si el calor de nuestros fogones llega a vuestros domicilios y, si no es así, qué es lo qué hecháis de menos.
Vive Lakomi, vive la experiencia, #comericoysano y cuéntanosla !
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